El otro día escalando casualmente me encontré con un viejo amigo, le reconocí a lo lejos porque su casco es único.

Nos saludamos amistosamente. Bueno, eso pensaba yo. Realmente él me estaba haciendo señales.

Luego comenzó a gritarme. Era la primera vez que escalaba esta montaña, pero él ya se la conocía y a gritos me indicó que le siguiera.

Me trazó la ruta por la que debía continuar hasta que llegamos a una vía ferrata.

Lo que parecía que iba a ser complicado y me iba a llevar bastantes horas, si es que lo lograba, terminó convirtiéndose casi en una ruta agradable con breves tramos de esfuerzo.

Las vistas merecieron la pena ¡Y, sin reventarme!

Así que cuando estábamos ahí arriba le pregunté:
¿Cómo has podido saber por dónde tenía que subir exactamente incluso sin estar en el mismo punto que yo?

¿Cómo pudiste guiarme en esos movimientos?

“Porque desde mi posición tenía una perspectiva diferente a la tuya y conozco esta montaña, sabía cómo podías encauzar hacia el tramo más sencillo por el que continuar”

Si deseas conocer otras perspectivas que puedan ayudarte a subir a la cima, Marcos te hablará de cómo consiguió su plaza en 6 meses.